En la quietud de este día sin hambre
mi mente acoge dócil tu bello nombre,
en abrazo que guarece el sentimiento
sin ningún remordimiento.
Bebe mi piel tu perfecto acento
cerquita, quitándome el aliento.
Alimento del lenguaje,
paz aprendida, en tu oleaje.
©María de la Cruz Díaz Ll.®
13.Jun.2008
Lima-Perú
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