13 ene 2010

Eclipsado

Estas alas sin poder aún volar
huyen al océano y en su amplitud
inquietas tocan lo salado del mar,
como queriendo cortar la esclavitud.
Sin paz mi alma etérea busca borrar
lo dañino y sólo guardar la virtud,
así, mi herencia pueda al fín amar,
sin sufrir nunca más de la ingratitud.
Siglos de desamor, odios y maldad,
sacrificios están entre esta raíz,
sangre que reclama un poco de bondad…

Hueso que crujiente suplica piedad
al cáliz bautismal para ser feliz,
bañado el nido central en humildad
quizás logre, este nuevo resurgir…



©María de la Cruz Díaz Ll.®
Octubre 2007

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