Mis sueños corrían peligro
de hundirse en un abismo,
diluidos en el tiempo,
agotados por la espera,
perdidos en el intento...
Mas la alquimia de tus manos
y el incienso de tu cuerpo,
tu palabra bienhechora Elfo,
en realidades profundas
fortificaste mis anhelos.
Y cuando tercas las dudas me atacaron
sintiendo mi corazón con cadenas,
tus versos fueron los que me consolaron,
ellos, los que me liberaron.
Bien supiste hechicero
cobijarme en tu fuego,
hacer de mi greda el cáliz
donde lograr nuestro sosiego.
Bien sabes, como saciar nuestro hambre
no importando lugar ni tiempo.
16.03.14
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