Es en la madrugada
donde el reflejo de tu tez cobriza
deja mi piel eriza
sobre la sábana colorada,
esa roja muleta y brega
donde lidiamos con bravura
este amor de lisura.
Entre Verónicas al quiebro:
Las banderillas celebro
y los puntillazos apasionados
provocan los ¡Olé! enamorados.
Cuando a paso doble,
llegamos al final noble
de clara alborada,
expirando en estocada...
15.11.09
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