Por tu triste camino enamorado
esas mustias quedaron en mi mano.
¡Rosas mudas, tormento sobrehumano!,
¡Aguijones!, destino desdichado...
Mi oración por tu vida he procurado
rezar, verte con rostro soberano,
ser feliz cuando tú logras arcano
regocijo, en instante amedrentado.
No reniego del sino...¡Idea hidalga!.
Evitarte penar de alfiletero,
prodigarte emoción, luz abundante...
(eso deseo)
¿Qué te puedo ya dar, que a tí te valga?
Me pregunto si todo es valedero
para amar de manera tan punzante...
17.12.07
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