Desnudos, sin rubor alguno,
las prendas estorban
al entregar todo lo puro.
Desnudos,
de la miseria que se anida
a la fuerza en esta vida…
Desnudo,
de la miseria que se anida
a la fuerza en esta vida…
Desnudo,
así te amo,
sin equipaje, ni peaje.
sin equipaje, ni peaje.
¡Trae tus manos que arden
dame ese beso que me calcina !
No hay palabra más sonora
que el grito de las pieles al tocarse,
no hay poema más hermoso
que tu mirada y la mía al entregarse…
¡Desnudos!
No somos dos simples cuerpos…
Es tu espíritu y el mío
vistiéndose de alegría,
bebiendo de la savia que se convida,
dejando en las sábanas los temblores,
el mar de nuestra agonía.
Maricruz Díaz 10 febrero 2009
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