Amanecer, es renacer a la ilusión ...
Mis huellas se trasladan a la cima
de un volcán, y allí,
donde el panorama es agreste
y el sillar
seduce nuestra tez…
Proclamo al varón
que me da la simplicidad
de su bravura.
Quien calma mis fantasías,
mi verdad, para hacerlas suyas.
El que día a día
y noche a noche,
lo deseo como dueño mío.
Y en la cúspide, ambos postrados
reverentes, consagramos
nuestros nombres,
nuestros destinos.
La confianza, vigente,
agua bendita y crisma
en la palma y en la frente.
Oleaje y brisa del mar
susurro de caracolas
en dorsos sugerentes.
Coronan en el bosque
las aves
y perfuman los eucaliptos
nuestro paso por un sendero
donde todo es dádiva,
todo es grito de vida.
Morada de la palabra
nuestros labios en el beso,
destino, que ya estaba suscrito …
Jn.2008
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