En una velada familiar, en estos días de feriado, se discutía la intensidad del amor en nuestras vidas, si era mayor el que sentimos por nuestros padres, por nuestros hijos, parejas, hermanos o amigos, ¡sí! porque a los amigos los llegamos a querer como si fueran nuestros propios hermanos, algunas veces. En plena discusión estábamos cuando nadie se ponía de acuerdo. La esposa de un primo preguntó con acuoso sentido: _ ¿Quién puede gozar de un amor eterno?... La pregunta resonó en la sala creando un eco. Para esto nos dijo: _ No respondan todavía…Junten sus manos como les enseño.
Tocando las puntas de los dedos una contra otra, sólo el dedo medio juntará ambos nudillos porque representa a cada uno de Uds. Todos ya estábamos embarcados en este juego...Hasta aquí, no entendíamos todavía la naturaleza de la pregunta ni del mismo juego, pero intrigaba seguirle y quizás aprendiéramos algo nuevo. Volvió a entonar la siguiente orden, que separemos los pulgares, indicando que sería fácil, porque ellos representaban a nuestros padres, personajes en nuestra vida que no están destinados a vivir para siempre con nosotros, y nos pareció justo. Luego, incentivó a que separemos los meñiques, aduciendo que también sería muy fácil, porque ellos representaban a nuestros hijos, y que ellos tenían por derecho un destino diferente al nuestro; lógico allí también pareció su discurso. Nuevamente anunció que separemos los índices, y ya estábamos algo aburridos, porque con facilidad los movilizábamos. Ella nos dijo que estos dedos representaban a nuestros hermanos y amigos, que desde luego no tenía porque vivir con nosotros hasta nuestro último día… Y con voz risueña nos instó a mover el dedo anular como los otros… Y para asombro nuestro, no, nadie pudo moverlo. Por más que tratamos de hacer trampita, o mil alabares, nadie logró separarlos. Con rostro triunfal ella explico, que en ese dedo llevamos el aro de matrimonio, el anular representaba a nuestras parejas, personas que decidimos sean quienes compartan nuestra vida, en la fortuna o miseria, en la alegría o pena. Un amor eterno, pese a que queramos sacarle la vuelta muchas veces... Quedamos con cara de no saber que responder, a lo que ella nos agregó: _Esto no es algo que nace de mi intelecto, en una oportunidad que peligraba nuestro matrimonio, un verdadero amigo nuestro nos salvo con este simple gesto. Quizás fue el instante exacto para nosotros y rescatar nuestros votos. Quizás no se preste como ejemplo para todos, pero es nuestro testimonio de lo que es un amor eterno.
Tocando las puntas de los dedos una contra otra, sólo el dedo medio juntará ambos nudillos porque representa a cada uno de Uds. Todos ya estábamos embarcados en este juego...Hasta aquí, no entendíamos todavía la naturaleza de la pregunta ni del mismo juego, pero intrigaba seguirle y quizás aprendiéramos algo nuevo. Volvió a entonar la siguiente orden, que separemos los pulgares, indicando que sería fácil, porque ellos representaban a nuestros padres, personajes en nuestra vida que no están destinados a vivir para siempre con nosotros, y nos pareció justo. Luego, incentivó a que separemos los meñiques, aduciendo que también sería muy fácil, porque ellos representaban a nuestros hijos, y que ellos tenían por derecho un destino diferente al nuestro; lógico allí también pareció su discurso. Nuevamente anunció que separemos los índices, y ya estábamos algo aburridos, porque con facilidad los movilizábamos. Ella nos dijo que estos dedos representaban a nuestros hermanos y amigos, que desde luego no tenía porque vivir con nosotros hasta nuestro último día… Y con voz risueña nos instó a mover el dedo anular como los otros… Y para asombro nuestro, no, nadie pudo moverlo. Por más que tratamos de hacer trampita, o mil alabares, nadie logró separarlos. Con rostro triunfal ella explico, que en ese dedo llevamos el aro de matrimonio, el anular representaba a nuestras parejas, personas que decidimos sean quienes compartan nuestra vida, en la fortuna o miseria, en la alegría o pena. Un amor eterno, pese a que queramos sacarle la vuelta muchas veces... Quedamos con cara de no saber que responder, a lo que ella nos agregó: _Esto no es algo que nace de mi intelecto, en una oportunidad que peligraba nuestro matrimonio, un verdadero amigo nuestro nos salvo con este simple gesto. Quizás fue el instante exacto para nosotros y rescatar nuestros votos. Quizás no se preste como ejemplo para todos, pero es nuestro testimonio de lo que es un amor eterno.
04 Nov.2008/ Maricruz Díaz
Nota:
Hay anécdotas que merecen ser contadas
de boca en boca o...letras...
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