postrera arena que dejo caer
y en mi suspiro,
queda en ti amalgamado…
¡Es hora!
Todo en la petaca he guardado
no hay migaja que deje al olvido,
la esmeralda de tu cariño
dentro del corpiño la llevo conmigo.
¡Es hora!
De liar en el agua mansa mis huellas
adormilando los afanes,
renunciar en la posta de tus manos
mi blanco y rojo bien amado.
¡Es hora!
La pluma aquí se ha quebrado
el tintero lo he vaciado,
es el verso de mi largo caminar
con que he concluído... mis últimos pasos.
¡Es hora!
todo
ha terminado...
María de la Cruz Díaz
17 de octubre 2008 Lima-Perú
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