¡Qué no estoy huyendo!...Te digo.
Leo las noticias y si no las leo, las escucho
a viva fuerza, aunque me duela.
Que si las inundaciones,
si la lluvia... el sida...
¡Hieda esta vida!.
Estoy harta lo sabes...
¡Qué carajos!
Tanto cuervo sobre los árboles
ya avisan...
Entonces,
déjame habitada
por el sol encumbrado
sobre el pecho,
y que su rayo tierno
vuelva glauca la yerba y mis raices.
¿Pido mucho al desear
que mi aroma de greda
se inmortalice?.
Vivo sin ventanas... ni puertas,
ni cerrojos seguros que eviten
disfrutar, la melodía del viento
con sus acordes imposibles.
Calzo tus sandalias,
y te digo
que es para entender este camino
y no sentir que me he perdido.
Sin miedo a naufragar
como un pétalo en el río, digo...
Tú tienes
mi oriente y mi poniente...
Todo mi destino.
22.01.10
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