SEMBRADORES DE AMOR
Soneto
De incierto iba el destino casquivano
de una esquina a otra, como lotería,
cuya cifra cantaba avemaría
en rosario rezado de verano.
Mas son cuatro estaciones del humano
espacio, que cultivo en armonía
para lograr la mies cual profecía
tomada de la palma de tu mano.
¡Oh labriego!, dador de nuestras tardes
y de esas madrugadas que desmayan
con pasión los te quiero no cobardes,
los besos sobre surcos que se rayan
en silencios disertos sin alardes,
plenos de amor y fe, aquí soslayan.
24. Jun. 2012
Pero que soberbia manera tienes de escribir Maricruz, es un lujo leerte.
ResponderEliminarRodrigo Coronado
Me apabulla tu comentario Rodrigo, gracias por la generosidad con que me has leído, sinceramente muchas gracias.
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